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jueves, 24 de mayo de 2012

"Gruta de Sơn Đoòng"

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  1. "Gruta de Sơn Đoòng"
    En este tramo iluminado de la cueva Hang Son Doong, la galería subterránea más grande del mundo, cabría un kilómetro de edificios de 40 pisos de altura.

    Hace 20 años, los jefes de esta expedición, Howard Limbert y su esposa, Deb, fueron los primeros espeleólogos en visitar Vietnam desde la década de 1970. Entonces las cuevas del país eran legendarias pero estaban sin explorar. En 1941, Ho Chi Minh había planeado su revolución contra los japoneses y los franceses en la cueva Pac Bo, al norte de Hanoi, y durante la guerra de Vietnam, miles de vietnamitas se refugiaron de los bombardeos estadounidenses en las cuevas. Los Limbert, experimentados espeleólogos de los valles de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, contactaron con la Universidad de Ciencias de Hanoi y, tras obtener los permisos, organizaron una expedición en 1990. Desde entonces han hecho 13 viajes, durante los cuales no sólo han descubierto una de las cuevas fluviales más largas del mundo (Hang Khe Ry, de 19 kilómetros, cerca de Son Doong) sino que también han colaborado en la creación del Parque Nacional Phong Nha-Ke Bang, de 857,5 kilómetros cuadrados, que hoy atrae a un cuarto de millón de visitantes al año, nacionales y extranjeros. Los turistas, que han aumentado de forma espectacular los ingresos de los lugareños, vienen al parque para ver la cueva homónima, Hang Phong Nha. La vegetación allí es tan densa, que tal vez los Limbert nunca hubieran encontrado las cuevas de no haber sido por la ayuda de los lugareños. «El señor Khanh ha estado con nosotros desde el principio», dice Howard, señalando al hombre delgado que fuma junto al fuego del campamento. Estamos en la entrada de Hang En, la puerta de un kilómetro y medio de largo que, bajo un anillo de montañas, conduce al mundo perdido. «No lo habríamos logrado sin él», añade. La familia de Ho Khanh vivía en un pueblo cercano. A su padre lo mataron en la guerra cuando él era niño, y tuvo que sobrevivir solo en la selva. Durante años cazó en ese territorio fronterizo, refugiándose en las cuevas de la lluvia o de los bombardeos. «Hicieron falta tres expediciones para encontrar Hang Son Doong –prosigue Howard–. Khanh descubrió la entrada de niño, pero se le había olvidado dónde estaba.» Los bosques de bambú y demás vegetación que cubren los montículos de caliza hacen de esta zona un lugar impenetrable. En esta parte de Vietnam el suelo es un inmenso bloque de caliza. Hang Son Doong se formó hace entre dos y cinco millones de años, cuando el río que discurría sobre la caliza excavó la roca siguiendo una falla y formó un túnel gigantesco bajo las montañas. En los puntos donde la caliza era más débil, el techo de las cuevas se derrumbó, creando colosales dolinas que son como tragaluces naturales. Para los espeleólogos, descubrir una cueva tan grande es como encontrar bajo tierra un Everest desconocido. «No hemos hecho más que arañar la superficie –dice Howard, refiriéndose al parque nacional, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2003–. Queda mucho más por hacer.»

    — en Parque Nacional Phong Nha-Ke Bang.

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