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miércoles, 25 de marzo de 2015
El Leteo. Le Léthé, Charles Baudelaire (1821-1867) Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda, Tigre adorado, monstruo de aires indolentes; Quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos En el espesor de tu melena densa; En tus enaguas saturadas de tu perfume Sepultar mi cabeza dolorida, Y aspirar, como una flor marchita, El dulce relente de mi amor difunto. ¡Quiero dormir! ¡Dormir antes que vivir! En un sueño tan dulce como la muerte, Yo derramaré mis besos sin remordimiento, Sobre tu hermoso cuerpo pulido como el cobre. Para absorber mis sollozos sosegados Nada equiparable al abismo de tu lecho; El olvido poderoso mora sobre tu boca, Y el Leteo corre en tus besos. A mi destino, en lo sucesivo, mi delicia, Yo obedeceré como un predestinado; Mártir dócil, inocente condenado, Del cual el fervor atiza el suplicio, Yo absorberé, para ahogar mi tormento, El nepente y la buena cicuta, En los pezones encantadores de ese pecho agudo Que jamás aprisionó un corazón.
lunes, 2 de marzo de 2015
A salvo en sus cámaras de alabastro. Safe in their alabaster chambers, Emily Dickinson (1830-1886) A salvo en sus Cámaras de Alabastro, Insensibles al amanecer y al mediodía, Duermen los mansos miembros de la Resurrección, Vigas de raso, y techos de piedra. La luz se ríe de la brisa en su castillo, Sobre ellos susurra la abeja en un oído imperturbable, Trinan los dulces Pájaros en melodías ignoradas, -Ah, ¡Cuánta sagacidad yace aquí muerta! Solemnes pasan los años, crecientes, Sobre ellos los mundos recogen sus arcos -y los firmamentos reman- Se arrojan diademas y se rinden los sabuesos Tácitos como puntos -sobre un Disco de nieve
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